El siglónimo. Un entrañable bicho raro

El desmán ibérico. Fuente: El Diario de Extremadura (enlace)

¿Acaso no resulta adorable este simpático bichillo a primera vista? Pese a su nombre de infortunio o desafuero y uñas como las de Rosalía, el desmán es una bolita de pelo delicada y frágil, necesario para un ecosistema sano.

Lo mismo que el siglónimo. Quizá muchos, como yo, no habían oído hablar de esta criatura de la lengua castellana. Se trata de un acrónimo lexicalizado, o lo que es lo mismo, un sigloide que deviene palabra con categoría gramatical propia.

Tras esta definición extraída de la Fundéu, urge la traducción a la lengua común. Siglónimos son palabras como láser, sida o cadáver (caro data vermibus: carne dada a los gusanos). Palabras incorporadas al vocabulario común de los hablantes. Se leen y no se deletrean, como sería el caso de ONG. Y se usan. Eso es lo que les da vida.

Lo que me ha llevado a dedicarle esta entrada en el blog es su carácter silvestre e indómito. Un siglónimo no se crea, se descubre. Es la sociedad la que le da el visto bueno y la incluye en su vocabulario. También es un problema de lingüística moderna para los académicos, empeñados en normativizar la lengua y que en esta ocasión sólo han alcanzado a crear una categoría para entender lo salvaje.

Larga vida al desmán ibérico. Larga vida a la lengua, a todas las lenguas, creativa(s).

Comentarios

Entradas populares de este blog

Redactar un correo en castellano o en valenciano. Diferencias importantes.

Brand charts. Rankings make the world go round

CAC. Los tópicos sobre los españoles aplicados a los negocios.